Después de más de un mes sin remar, Miquel se ha reencontrado con el kayak. El nuevo canal de Ponts empieza a ser familiar para los pekes. Bajan y hacen puertas con mayor soltura, de modo que esas corrientes raras, las contras tan estrechas y las marmitas, que tanto les incomodaban hace un par de meses, son más amigables. El rebosadero del canal ya no da miedo y lo han saltado con tranquilidad (algunos dos veces). Miquel y Alberto han surfeado en las olas y, al final, unos ejercicios de natación en el canal han pintado una enorme sonrisa en la cara de todos los pekes. Hemos rematado con una sesión interminable de eskimos y de juegos en la balsa bajo un sol excesivamente mediterráneo.