Parece que este mes de enero está siendo muy atípico y en lugar del anticiclón persistente, el Atlántico nos está regalando ciclogénesis explosivas y borrascas que están recargando con ganas nuestras montañas, ríos y embalses con agua suficiente para atravesar esta próxima primavera-verano con una amplia sonrisa. Mientras el viento sigue implacable en el valle del Ebro vamos a endulzar la semana con unas gotas de nostalgia. Aquí tenéis unas fotos tomadas entre los años 2004 a 2007.