Todos los planes que teníamos para el fin de semana se han evaporado en un instante. Hay que tocar agua como sea y…¿qué mejor alternativa que el Segre en Camarasa?. Siempre hay agua, el paisaje es precioso, el agua está muy limpia y se puede jugar hasta que el río se queda con toda nuestra energía y únicamente nos permite llevarnos a casa la sonrisa y mucho ácido láctico en los músculos.